Si todavía no has escuchado hablar del Baby-led weaning (BLW), cuatro expertos nos cuentan en qué consiste y cómo iniciarlo con tu bebé

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Si todavía no has escuchado hablar del Baby-led weaning (BLW), cuatro expertos nos cuentan en qué consiste y cómo iniciarlo con tu bebé

Baby-led weaning, que en español sería algo así como un destete guiado o autoregulado por el bebé, es un proceso más de alimentación complementaria que busca favorecer la autonomía de nuestros hijos.

Una tendencia que empieza a coger fuerza y por la que apuestan cada vez más nutricionistas y pediatras. ¿Pero en qué consiste exactamente y cómo podemos iniciar a nuestro hijo en esta práctica? Los expertos responden y aclaran todas nuestras dudas.

Una forma de alimentación complementaria (el alimento principal sigue siendo la leche)

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Antes que entrar en detalle, es importante señalar que la alimentación complementaria es precisamente para complementar; su principal alimento hasta el año debe seguir siendo la leche materna o maternizada a demanda.

"El método BLW es un proceso de alimentación complementaria y el inicio en la alimentación de sólidos del bebé una vez han pasado, tal y como recomienda la OMS, seis meses de lactancia exclusiva, ya sea materna, de fórmula o mixta", nos explica Mariana Aróstegui, nutricionista experta en nutrición clínica.

Además, la OMS no recomienda la ingesta de alimentos en niños con menos de seis meses ya que su sistema digestivo no se encuentra preparado para recibir alimentos diferentes a la leche.

La pediatra Jimena Le Bellot, de Soy Mamá Soy Pediatra, confiesa que el BLW es una gran una estrategia para fomentar hábitos saludables desde muy pequeños. "Aunque nosotros, los adultos, somos los encargados de ofrecer esa alimentación saludable, segura y adaptada en el plato del cual van a elegir sus alimentos, en el BLW el bebé escoge qué come y en qué cantidad. Esto implica confiar en su autorregulación".

El mundo del potito y el procesado, recursos del mundo moderno y de a mediados del siglo pasado, cuando aparece el boom de la alimentación industrial, está totalmente extendido. Por eso, se piensa que la alimentación complementaria debe pasar sí o sí por un proceso de purés porque un niño no es capaz de comer sólido. "El BLW nace para luchar por la alimentación real y luchar por la autonomía del niño", matiza Aróstegui.

Cómo iniciar al bebé en el BLW

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Al principio, especialmente a las madres primerizas, puede resultar un poco estresante porque el bebé no come mucho, pero es lógico porque el bebé no debe comer mucho al principio. "Tenemos que pensar que la alimentación de un lactante, especialmente el primer año de vida, es la leche. Lo otro es un complemento, por eso se llama alimentación complementaria (ya sean purés o a través de alimentación sólida)", apunta la nutricionista.

Otro factor que hemos de tener en cuenta es que el Baby-led weaning no funciona para todos los bebés por igual. "Depende de las expectativas de la familia, del desarrollo del bebé... es muy relativo", asegura Mar López Sureda, pediatra con consulta online y talleres para familias. Y recuerda que La Asociación Española de Pediatría dice que, con la información y precaución adecuada, la mayoría de familias pueden practicar BLW de forma segura (no se va a atragantar) y eficaz (va a comer).

"En prematuros se valora individualmente pero la mayoría, sobre los seis meses de edad corregida pueden empezar a comer. No se aconseja practicarlo con niños con déficit neurológico o motor, por ejemplo niños con parálisis celebral infantil o con parálisis en la deglución que hace que no puedan tragar bien", añade la pediatra.

Una vez decididos, Mariana Aróstegui sostiene que para iniciarse en este proceso es fundamental que veamos al niño preparado, y eso supone reunir determinados requisitos. "Por un lado, que sea capaz de sentarse solo en la trona, que tenga apetencia por comer y que haya perdido lo que se conoce como reflejo de extrusión. Es decir, un reflejo que tienen los bebés por el cual expulsan la comida de la boca con la lengua o cualquier objeto que intenten introducirse en la boca".

A partir de ese momento, la experta en nutrición nos cuenta que al bebé se le empieza a sentar, al principio sólo una vez al día, delante de alimentos sólidos. "Esos alimentos tienen que estar perfectamente preparados para que el bebé pueda cogerlos bien con sus manos (obviamente no tiene la misma psicomotrocidad un bebé de 6 meses que un bebé de 10)".

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En cuanto a los trozos, deben ser de más grandes a más pequeños. Al principio se suele poner un muslito pequeño de ala de pollo, media zanahoria cortada a la mitad, un gajo de manzana, un ramito de coliflor... Este tipo de tamaños para que puedan ellos cogerlo con el puño.

"Cuando el bebé es pequeño no puede hacer la pinza. Es decir, no puede juntar el pulgar con el índice para coger alimentos pequeños. Por eso, le ofrecemos alimentos grandes para que lo pueda coger con todo su puño como una patata gigante. Cuando ya hacen la pinza, podemos variar y ofrecer alimentos en trozos mucho más pequeños", añade López Sureda.

Sobre qué alimentos ofrecer, los expertos recomiendan alimentos ricos en nutrientes y calorías, ya que su estómago es pequeño y se llena con facilidad: Pollo, carne molida tipo hamburguesa, plátano, patata, brócoli... Y recogen que es importante darles el menú que haya en casa, excepto lácteos hasta el año, frutos secos, embutidos, mariscos...

Tiempo de adaptación

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Los primeros días algunos ni lo cogen, otros lo tiran al suelo... a otros les encanta, depende del niño. "En cualquier caso, aquí lo más importante es la manera de cocinar los alimentos. No podemos ofrecer alimentos duros, pues no será capaz de masticarlos", explica Mariana Aróstegui, quien nos recuerda la importancia de optar por texturas blandas para que no haya riesgo de atragantamiento. "Este proceso evoluciona mes a mes y el propio bebé va ganando práctica y mejorando en su manera de gestionar los alimentos y en su manera de alimentarse", concluye.

"Al bebé se le expone a los alimentos y come lo que quiere y de la cantidad que quiere hasta llegar a la saciedad. No se le olvida a comer ni se le da de comer, él debe ser capaz de gestionarlo sólo", sostiene.

Hay cierta evidencia que refleja que la alimentación vía procesados suele dar al bebé más comida de la que realmente necesita. Aquí la evidencia tampoco es muy clara respecto a si este método del BLW hace que los niños coman más o menos, lo que sí es verdad es que un niño con puré estará más presionado o escuchará menos el nivel de saciedad. "El de BLW comerá menos o al menos es la sensación que da. Sin embargo, en cuanto cojan práctica, tipo 8-9 meses, el cambio es brutal porque empiezan a manejar mejor el alimento. Lo más importante es la manera de cocinar los alimentos. nada de exponerle a alimentos crudos", afirma Aróstegui.

También hay familias que optan por hacer BLW mixto. "Ofrecen trozos en ciertas comidas y purés en otras. Esto se puede hacer perfectamente, aunque es mejor no mezclar el trozo con el puré en la misma comida. Si en una misma ingesta van a ofrecer ambos, es mejor ofrecer primero trozo y luego puré", añade López Sureda.

Beneficios del Baby-led weaning

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El método BLW está totalmente avalado por la OMS y se ha demostrado que tiene más beneficios que la alimentación complementaria. "Uno de ellos es el desarrollo psicomotirz y psicomotor; por eso hay una evolución más rápida", recoge Aróstegui.

"Los beneficios para el bebé son múltiples", confía Mar López, pediatra. Entre ellos, nos informa que las familias suelen esperar a iniciar esta alimentación complementaria a los seis meses, ya que antes los niños no suelen estar preparados.

"Lo bueno para los que toman pecho es que se asegura que estén tomando lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, que es la recomendación actual para empezar con el método BLW". De esta forma, la experta asegura que se disminuye la probabilidad de gastronteristis y destete.

Otro punto a favor, según recoge López, es que favorece la alimentación perceptiva, tal y como recomienda la OMS. De esta manera, el niño come hasta la saciedad, nunca forzándoles a comer ni llevándoles la comida a su boca. "Si el bebé tiene hambre, come", concluye.

Por otro lado, las expertas consultadas coinciden en que los niños que se alimentan a través de esta técnica tienen mejor relación con la comida porque están más relacionados con todo tipo de alimentos y suelen tener menos problemas para comer alimentos reales. Es decir, les cuesta menos enfrentarse a verduras como brócoli o un champiñón, especialmente a partir del año y pico, que es cuando empiezan a comer peor.

"Otro beneficio muy práctico para los padres es que se prepara la misma comida para todos. Además, estos niños son mucho más propensos a una comida familiar, a comer según el ejemplo de sus padres porque comen en la mesa contigo y eso, de alguna manera, les enseña desde pequeñitos", apunta Aróstegui.

Para terminar, como el bebé aprende a comer hasta que no necesita más y a tener una mejor relación con la comida saludable, tenderá a evitar la alimentación emocional. "Además, aprende cuáles son sus preferencias, cosas que un bebé que come todo mezclado no sabe", añade la nutricionista.

El miedo al atragantamiento o a que se queden con hambre

Como contras, hay que reconocer que a muchos padres les estresa el hecho de que sea un método muy sucio. Otro miedo potencial es que el bebé se quede con hambre. "Lo curioso en este sentido es que la evidencia científica demuestra que los bebés que se alimentan a través de BLW comen más proteína y grasa que los que se alimentan con purés, que comen más carbohidratos", detalla Aróstegui.

Pero el mayor miedo, sin duda, es el del atragantamiento. Muchos padres sienten miedo de ofrecer trozos a sus bebés porque creen que puede aumentar este riesgo. Sin embargo, varios estudios publicados por la revista Pedriatrics, Journal Nutrition and Dietetics y Pediatrics International, han demostrado que los niños que se alimentan con trozos no tienen más riesgos que los que comen papillas, tomando en cuenta diferentes variables, entre éstas el número de atragantamientos.

Desgraciadamente, muchos pediatras no recomiendan este proceso por este factor. "La evidencia refleja que hay una igualdad en número de atragantamientos entre los que hacen BLW y los que comen purés. Los bebés, en general, pueden atragantarse tanto comiendo como jugando pero no existe una evidencia que diga que haya que echarse para atrás en este proceso, para nada. Lo que sí es cierto es que los casos de atragantamiento en BLW son por falta de conocimientos a la hora de preparar esos alimentos: cómo cocerlos, cómo presentarlos...", añade la nutricionista.

La clave está en estar bien informado y brindar el acompañamiento adecuado. "Es importante que te compres una guía o hables con algún experto para saber qué alimentos blanditos hay que preparar al bebé. Es más, los niños que aprenden a masticar y gestionar sólidos, antes que tragar, van a tener menos predisposición a ahogarse cuando un alimento extraño entre en su boca porque lo pueden gestionar, mover, mascar... y ya, si quieren, lo tragan.

Consejos para ponerlo en marcha

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  1. Nunca forzar al bebé a comer y no se le obliga a nada, ofrecerle siempre variedad, blando y fácil de aplastar.
  2. Ofrecer trozos de más pequeños a más grandes, según vayan pasando los meses y nunca dejarle solo mientras come.
  3. Si hay alimentos que al bebé no le gustan, insistir, porque a base de repetición es probable que los acaben tomando. Y si no, tampoco se les fuerza al igual que a los adultos.
  4. No distraer al bebé mientras come. No se pinta, ni se juega. Cuando se come, se come. No hay que tener miedo a hacer un modelo mixto (es decir, en casa sólidos y en casa con cuchara) y es perfectamente factible.
  5. Lo importante es que siempre esté en contacto con alimentos sólidos.
  6. Otra pauta importante es que se le haga partícipe de la comida familiar para fomentar su aprendizaje.

En definitiva, el proceso de introducción de alimentos en BLW es igual que el de los purés, no tiene por qué cambiar. "Yo recomiendo a los padres empezar por la carne, es la primera razón por la cual un bebé debe empezar a destetarse es porque la leche materna es deficitaria en hierro y zinc", concluye Mariana Aróstegui.

En caso de dudas, la recomendación es contactar con un profesional de la salud especializado en alimentación infantil con conocimiento actualizado sobre la materia. Y nos recuerdan que podemos iniciarnos en el BLW por nuestra cuenta siempre que nos informemos con una buena guía.

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