El pan blanco se convierte en un almidón que no es más que una cadena de moléculas de glucosa (azúcar simple) unidas entre sí. Estos enlaces se rompen con muchísima facilidad, es un proceso que comienza en la boca mientras estás masticando. El pan blanco lleva y eleva la glucosa en la sangre con la misma rapidez que el azúcar (sacarosa) y, por ende, tiene el mismo efecto en la secreción de insulina.

 

Es necesario entender que dentro de nuestro cuerpo el pan blanco y el azúcar son casi lo mismo, solo que entran en diferentes formas. Cuando hablo de pan me refiero a cualquiera de sus versiones, de sándwich, pan francés, pan pita blanco, galletas de soda, todo lo que esté preparado con harina de trigo refinada.

 

Te reto a hacer un experimento. Trata de mantener una galleta de soda común y corriente en la boca durante unos minutos. Mientras más tiempo la mantengas más dulce sentirás el sabor, y esto se acentúa a medida que el almidón se va a convirtiendo en azúcar, es decir, cuando el enlace entre las moléculas de glucosa se va rompiendo por la interacción con la saliva.

 

Por eso es tan importante elegir alimentos 100% integrales, que contengan el cereal o el grano entero con la fibra intacta, pues así se digiere de forma más lenta y la glucosa en sangre se eleva poco a poco.

 

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Publicado originalmente en el sitio Web de Sascha Fitness.