Estirar antes de entrenar o no hacerlo, esa es la cuestión

11:53 a.m.

Estirar antes de entrenar o no hacerlo, esa es la cuestión

¿Estiras antes de entrenar? ¿Cómo? ¿Por qué? Los estiramientos previos al entrenamiento vienen acompañándonos desde hace muchas décadas. Sin embargo, la evidencia científica explica que ciertos tipos de estiramientos pueden tener efectos negativos en lugar de positivos a la hora de aplicar fuerza después de los mismos. En este artículo realizamos un breve repaso a los estudios sobre este tema para dilucidar si hay que estirar o no, y cómo hacerlo.

Estiramientos antes de hacer fuerza, ¿sí o no?

Los estiramientos han sido siempre parte de cualquier entrenamiento, pero que algo haya sido siempre así no significa que sea lo idóneo. Si nuestra sesión va a demandar exigencias de fuerza, que suelen darse siempre en menor o mayor intensidad, hay que controlar cuándo estiramos y por qué.

Los efectos de los estiramientos previos a un trabajo de fuerza pueden influir de una forma u otra según el tipo de estiramiento que llevemos a cabo, así como la duración. Nada tiene que ver un estiramiento pasivo de larga duración con un estiramiento dinámico breve.

Esa heterogeneidad en el tipo de estiramiento, el momento en el que se lleva a cabo, la intensidad del mismo, su duración y otros parámetros, hacen muy complicado que la literatura científica establezca una clara conclusión. Sin embargo, sí pueden establecerse consensos si separamos todas esas variables.

Tipos de estiramientos y sus diferencias

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Los estiramientos pueden ser estáticos, dinámicos y con técnicas que mezclan ambos. A su vez, los estiramiento estáticos pueden ser pasivos o activos, mientras que los estiramientos dinámicos puedes ser más o menos rápidos y tener un mayor o menor rango de movimiento.

Existen técnicas como la Facilitación Neuromuscular propioceptiva (FNP en español o FNP en inglés) que mezclan estiramientos estáticos y dinámicos para aprovechar diferentes mecanismos que se dan en cada uno de ellos.

Dichas técnicas requieren de un ayudante y de un calentamiento más específico, e incluso sesiones individuales para realizarlos. No es común utilizarlas previamente a un entrenamiento o competición de fuerza, por lo que nos centraremos en estiramientos estáticos (pasivos o activos) y dinámicos.

Estiramientos estáticos: pasivos versus activos

Nigel Msipa 0m1bbcno Zu Unsplash

Los estiramientos estáticos son los más comunes en las salas de entrenamiento. Este tipo de estiramiento mantiene una posición articular que somete a elongación uno o más músculos sin que se produzca movimiento en dicha articulación.

Un estiramiento estático pasivo es aquel en la persona no hace ningún tipo de contracción ni movimiento, más allá de adoptar la posición del estiramiento y mantenerla. Puede ser estático pasivo relajado en el que dejamos que actúe la gravedad, o estático pasivo forzado en el que se añade un compañero que nos asiste a llegar más lejos.

Un estiramiento estático activo a simple vista puede parecer un estiramiento estático pasivo, pero no tiene nada que ver. En el estático activo la persona contrae el músculo que está estirando. De esta forma, si estamos estirando el cuádriceps haremos fuerza en el mismo para que se contraiga a la misma vez que se está elongando.

Esta sutil diferencia que no se aprecia a la vista, pero sí existe trabajo interno, convierte al estiramiento estático activo en un tipo de estiramiento totalmente distinto al estático pasivo.

Sporlab Eduxgv2qy2s Unsplash

Estiramientos dinámicos

En este caso los estiramientos requieren de movimiento, no como los estáticos que mantienen la misma posición durante todo el estiramiento. Pueden ser lanzamientos, balanceos, saltos y rebotes. Su objetivo es ejecutar movimientos a cierta velocidad sin llegar a posiciones extremas.

El músculo se elonga rápidamente y vuelve a su posición original. Esto prepara a nuestra musculatura a los rangos de movimiento que se van a producir después. Son especialmente importantes en deportes como fútbol, baloncesto y otros tantos, en los que se producen demandas de estiramiento rápidas.

Antes de entrenar sí, pero no estáticos pasivos

Philip Strong Sqvrd2evqlm Unsplash

Una de las últimas revisiones sistemáticas de calidad, publicada recientemente en Journal of Strength and Conditioning Research examina la literatura disponible hasta la fecha para ver si el estiramiento puede influir en la fuerza muscular.

El estiramiento estático pasivo puede disminuir la aplicación de fuerza. Después de este tipo de estiramientos, la activación muscular voluntaria máxima es menor, así como otros mecanismos neurales implicados en la producción de fuerza.

A mayor duración del estiramiento estático pasivo, mayor interferencias negativas produce. Esas interferencias no se encuentran de forma significativa si el estiramiento es corto (menos de unos 25 segundos). Por lo tanto, lo ideal es evitar realizar estiramientos estáticos pasivos de forma previa al entrenamiento.

Sin embargo, los estiramientos estáticos activos no se asocian a efectos negativos al realizarse previamente al entrenamiento. Su duración debe ser inferior a los 60 segundos, y debemos contraer en todo momento el mismo músculo que estamos estirando.

Cuando se comparan los estiramientos estáticos pasivos con estáticos activos o con estiramientos dinámicos, siempre pierden. Los estáticos pasivos nos pueden hacer perder un 10% de potencia, agilidad y fuerza. Esos efectos negativos no se encuentran en estiramientos estáticos activos ni en estiramientos dinámicos.

Separa los estiramientos del entrenamiento

Luemen Rutkowski 0zrdfnnrrq Unsplash

Hemos visto que el estiramiento estático pasivo previo al entrenamiento puede empeorar el rendimiento, pero sí que es recomendable introducir estiramientos en nuestra semana de entrenamiento. La forma ideal de hacerlo no es antes ni después de entrenar, sino en momentos alejados de la sesión.

Necesitamos que la musculatura esté fría para cambiar la longitud del tejido y mejorar la flexibilidad. Eso se consigue habiendo pasado al menos dos horas después del sesión o en días en los que no haya entrenamiento. De esta forma conseguiremos mejorar la flexibilidad sin interferir en el rendimiento.

Una opción también viable es realizar estiramientos de cualquier tipo en la musculatura que no vayamos a entrenar ese día. Si entrenamos fuerza y vamos a realizar ejercicios del tren superior, podemos dedicar los descansos entre series para estirar la musculatura del tren inferior.

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Imagen de portada | Alora Griffiths (Unsplash)

Imágenes | Michael DeMoya (Unslplash), Nigel Msipa (Unslplash), Sporlab (Unslplash), Philip Strong (Unslplash), Luemen Rutkowski (Unslplash)

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