El verano es el momento ideal para aprovechar y practicar Yoga al aire libre, algo que no tenemos la posibilidad de hacer en otros momentos del año. Ya sea en la playa, en la montaña o en otro lugar, la práctica de Yoga nos ofrecerá cosas nuevas. Si nos planteamos probar a hacer Yoga fuera hay algunas cosas que tenemos que tener en cuenta.

A diferentes terrenos, diferentes irregularidades

Una de las particularidades que tiene hacer Yoga al aire libre es que nos encontraremos con terrenos con irregularidades. Esto puede ser una ventaja, ya que nos ayudará a trabajar de otra manera y aumentar el trabajo de equilibrio y de core en muchos asanas.

Sin embargo, es importante que seamos conscientes. Especialmente si somos principiantes o es la primera vez que practicamos Yoga en un terreno diferente. Cuando practiquemos Yoga en terrenos irregulares necesitaremos activar más el core para contrarrestar a la hora de conseguir el equilibrio deseado. Además, dependiendo del nivel de irregularidad del terreno, puede ser buena idea empezar por los asanas más sencillos y luego ir avanzando poco a poco. De esta manera evitaremos frustrarnos rápido.

Elegir las horas más frescas del día

El Yoga puede parecer una actividad física menos exigente que otros ejercicios o deporte, pero no lo es. Además, si lo practicamos al aire libre, requiere que nos mantengamos mucho tiempo bajo el sol en un mismo sitio. Por ello, igual que ocurre con otras actividades al aire libre, durante el verano es especialmente importante que elijamos las horas del día de menos calor y menos incidencia del sol.

Tanto el anochecer como el amanecer pueden ser buenas opciones. Sin embargo, muchos yoguis prefieren practicar a primera hora de la mañana, para ver salir el sol y empezar el día con buena energía. Hacer un saludo al sol en esas primeras horas puede ser, aunque no practiquemos Yoga desde la perspectiva espiritual, una experiencia muy gratificante.

Usar siempre protección solar

Independientemente de la hora del día que elijamos, si vamos a practicar Yoga al aire libre, es imprescindible que nos apliquemos protector solar en las zonas del cuerpo expuestas. Además, puede ser buena idea utilizar un pañuelo o gorra para la cabeza de manera que también la protejamos del sol. Recordemos que vamos a estar relativamente estables en un mismo sitio durante varios minutos.

Buscar un sitio silencioso y tranquilo

Aquellas personas que practican Yoga de manera habitual saben que requiere de una concentración que viene dada, en gran parte, por encontrarnos en un entorno silencioso y tranquilo. Cuando practicamos al aire libre esto puede ser más difícil, por ello es importante que busquemos un sitio en el que sepamos que no vamos a tener interrupciones y en el que haya el suficiente silencio como para concentrarnos y disfrutar.

Esterilla sí o esterilla no

Aquí la elección dependerá de cada uno de nosotros, de nuestras necesidades y del tipo de terreno en el que vayamos a practicar. Para algunas personas, parte de la magia de practicar Yoga al aire libre es el entrar en contacto con el terreno, practicando sin esterilla.

Sin embargo, si se trata de un lugar con muchas irregularidades, resulta resbaladizo, cuenta con piedras que puedan dañarnos, etc. O bien, si tenemos algún problema de debilidad en las articulaciones o en la piel, puede ser buena idea usar la esterilla para evitar hacernos daño.

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Imágenes | iStock

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