Lavar bien y pelar las patatas. Cortar en piezas no muy grandes, dándoles forma aproximada de cubos, y dorar en una cazuela amplia con una cucharada de aceite de oliva virgen extra. Saltearlas a fuego medio cinco minutos y retirar.

Machacar en un mortero el comino y el cilantro. Picar muy fina la cebolla, los ajos, ralllar el jengibre pelado y picar el chile, si se usa. Calentar un poco más de aceite y echar las semillas machacadas, removiéndolas durante un minuto para que suelten su aroma y no se quemen.

Agregar la cebolla, el ajo, el jengibre y el chile. Remover y cocinar hasta que estén transparentes, unos cinco o seis minutos. Echar las especias molidas, remover y añadir el tomate y el concentrado, machacándolos con la cuchara.

Cocinar todo cinco o seis minutos más hasta que empiece a espesar, devolver las patatas, mezclar bien y cubrir con agua o caldo de verduras. Salar ligeramente, llevar a ebullición, bajar el fuego, tapar y dejar cocer hasta que las patatas estén casi listas.

El tiempo final depende del tamaño y tipo de patata, o de si nos gustan más deshechas. Tardará unos 15-18 minutos; remover de vez en cuando y comprobar el punto de líquido por si necesitara más agua.

Finalmente echar los guisantes y cocinar el conjunto lo justo hasta que estén listos; algo más si son congelados y menos sin son frescos y pequeños. Puede ser suficiente con apagar el fuego y dejarlo reposando con la tapa. Servir con cilantro fresco picado.