Esta receta rápida, se prepara mientras se va cociendo el arroz de guarnición, y si la hacéis con pollo, incluso os sobrará tiempo. Mientras cocemos el arroz, -aquí tenéis la receta de arroz en blanco-, comenzamos preparando los filetes de pechuga de pollo cortándolos en tiras. En una sartén con un poco de aceite las sofreímos ligeramente.

Una vez las pechugas empiecen a cambiar de color, añadimos 50ml de vodka y dejamos que el pollo cueza en él hasta que se haya evaporado totalmente. Al no tener rastro de alcohol, la receta es apta para toda la familia ya que tampoco se percibe ningún sabor. El uso que damos al vodka en esta receta es para ablandar y dejar más tierna la carne. Mientras tanto, en otra sartén preparamos la salsa.

Para ello picamos una cebolla en brunoise fino (muy picadita) y la freímos a fuego lento hasta que esté transparente. Lo ideal es hacerlo en mantequilla porque aporta más sabor pero si lo preferís, podéis usar aceite de oliva virgen extra. Mientras la cebolla se va pochando, picamos los champiñones en láminas y los incorporamos a la sartén. Tras rehogar el conjunto, añadimos el caldo de pollo casero y la crema agria -o en su defecto crême fraiche o nata espesa- y dejamos que todo cueza durante dos o tres minutos.

Añadimos el concentrado de tomate, la mostaza y el pollo que habíamos reservado y dejamos que el conjunto se cocine durante un par de minutos hasta tomar el color anaranjado clásico. Servimos el pollo Strogonoff en el centro de la corona de arroz blanco y lo llevamos a la mesa inmediatamente.

Con qué acompañar la receta de Strogonoff de pollo

La receta de Strogonoff de pollo está tan rica que la familia os la pedirá muy a menudo. Además resulta estupenda para recalentar por lo que es muy cómoda para llevar al trabajo en táper o para tener lista para darle un calentón a la hora de la cena o cuando mejor nos contenga si en vuestras casas hay varios turnos de comida. Como ya hemos dicho, lo mejor es acompañar el Strogonoff con un poco de arroz blanco.