Lavar y secar con suavidad las coles, el apio, la guindilla y las hierbas que vayamos a utilizar. Cortar la base de las coles que sea más grande o esté dañada, y picar el resto con un buen cuchillo, un poco a lo bruto. La idea es tener las coles troceadas en piezas desiguales para dar una textura más interesante.

Retirar el germen del diente de ajo y picar muy fino. Picar el apio, retirando los filamentos más gruesos que pueda tener, y cortar en tiras finas la guindilla, retirando las semillas internas. Picar las hierbas y reservar aparte. Batir las claras con el huevo, una pizca de pimienta, la levadura de cerveza y la leche en un cuenco.

Calentar un poco de aceite en una sartén de unos 22 cm de diámetro (si la elegimos más pequeña la tortilla saldrá más gruesa; más ancha y será más fina y tardará menos en cuajar). Cocinar el apio con el ajo y una pizca de sal, añadiendo un poco de agua si no queremos usar mucho aceite, a fuego medio-suave, hasta que esté tierno pero todavía crujiente.

Incorporar la guindilla y las coles a la sartén, salpimentar y aderezar con tomillo y ralladura de limón. Saltear a fuego medio-fuerte removiendo bien durante unos minutos hasta que empiecen a estar tiernas, sin sobrecocerlas.

Añadir la mezcla de huevo distribuyéndola bien. Bajar la potencia del fuego y tapar. Dejar cuajar sin prisas vigilando que no quede demasiado pasada. Podemos darle la vuelta si tenemos maña, dejar que cuaje en la sartén tapada o gratinarla en el horno para terminar de darle el punto por encima. Servir con un poco de queso rallado fino y las hierbas frescas.

Con qué acompañar la tortilla de coles de Bruselas

Una buena ensalada y algo de buen pan es un buen acompañamiento para esta tortilla ligera de coles de Bruselas; también podemos servirla con aguacate, una porción de legumbres cocidas o salteadas, hummus, algo de pisto o pimientos asados, salsa de yogur... Depende de nuestras necesidades y del momento del día. Podemos enriquecer la tortilla usando dos o tres huevos enteros, o añadiendo más claras.