Mito: “¡Lale, pero yo no consumo sal! ¡No le pongo sal añadida a nada!”

Les tengo 2 respuestas:

1. La sal de mesa no es el única fuente de sal en la cocina.

2. Consumir CERO gramos de sal TAMPOCO es saludable, el cuerpo no puede funcionar sin sodio, cero extremos.

Pero hablemos de esto: El aumento en la producción de alimentos procesados, la globalización y los cambios en el estilo de vida están transformando los hábitos de alimentación de todos. La disponibilidad de los alimentos procesados (altos en sodio) aumenta, además que estos generalmente cuestan menos.

En algunos países la sal contenida en los alimentos proviene fundamentalmente de alimentos procesados, ya sea porque son especialmente altos en sal (como por ejemplo, las comidas preparadas, carnes procesadas como la tocineta, el jamón, el salami, los quesos, los fideos instantáneos, etc.) o porque estos se consumen con frecuencia y en grandes cantidades (como por ejemplo el pan y los cereales procesados). En otros países la principal fuente de ingesta de sal es la que se agrega al preparar los alimentos (caldos y cubos de caldo) o en la misma mesa (salsa de soya, salsa de pescado y sal de mesa).

La mayor parte de las personas consume un exceso promedio de entre 9 y 12 gramos diarios de sal, es decir, cerca del doble de la cantidad máxima recomendada (lo recomendado para los adultos es 5 gramos: 2000 mg. de sodio: 1 CUCHARADITA).

La evidencia nos muestra que el consumo regular de sal en exceso nos pone ante el riesgo de desarrollar hipertensión, la cual es la mayor causa de las enfermedades cardiovasculares, y produce el 60 % de los infartos y 50 % de las enfermedades cardíacas.  

 

 

 

 

 

*Imagen destacada cortesía de: pixabay.com

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