Así como lo lees, estamos siendo víctimas de numerosos casos y consecuencias por el mal uso de las redes sociales, la pobreza de conceptos de salud y no-profesionales encargados de tergiversar la información. El mundo del fitness excluye todo tipo de normativa y reglas que vayan en el camino del castigo, la restricción y hábitos alimenticios que destruyan la integridad de un sujeto, sobre todo de madres que son las principalmente responsables de educar al hijo, como lo dicta el presente artículo.

Los niños y niñas mantiene como característica de crecimiento la imitación y es que ciertamente, absorben todo lo que en su entorno ven y la forma de como incentivas su conducta adecuada, el modo como llevas el curso de tu vida, una vida saludable sin exceso ni obsesiones y sobre todo, comprender que la alimentación de un menor es totalmente diferente a la de un adulto. El niño no tiene por qué someterse a una vida fitness como si buscara un propósito de régimen alimenticio o algo parecido, es importante saber diferenciar entre educarlo con una vida saludable a obsesionarlo con un estilo de vida que podrá aprender en el trascurso de su crecimiento.

Evalúa con detenimiento y consciencia cuales conductas compulsivas y controladoras haces delante de tu hijo, el factor emocional es determinante a la hora de un abordaje de respuesta aversiva o ansiosa, asociar la comida como símbolo castigador puede generar frustración o enemistad afectiva a la ingesta.

La mejor medicina es la prevención y educar a tu hijo a llevar a una vida saludable no es sinónimo de restringirlo o controlarlo sino más bien en enseñarle a hacerse responsable de su organismo, mostrarle el efecto positivo de la alimentación e incentivarlo a actividades deportivas más que obligarlo a “hacer ejercicio”.

Algunos criterios útiles para determinar si tu hijo es propenso a un trastorno alimenticio son:

- Se preocupa constantemente por su aspecto físico.

- Conoce a fondo toda la temática de dietas y nutriciones y sus temas de conversación giran en torno a la comida.

- Asocia la comida con el castigo y el control.

- Presenta episodios de impulsos o “arranques” de ira con frecuencia.

 

 

 

 

*Imagen destacada cortesía de: pixabay.com

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