Nuestro cuerpo es una perfecta maquina diseñada armoniosamente para lograr un equilibrio, incluso en estados de exigencia, como lo es la actividad física y el ejercicio. Sin embargo, para trabajar con eficacia y efectividad requiere de buena y suficiente energía.

A diferencia de la alimentación saludable de una persona que no se ejercita regularmente, las prioridades nutricionales de los deportistas se basan en cubrir la demanda de energía, ya que es una condición necesaria para conseguir el rendimiento físico óptimo.

El equilibrio energético se alcanza cuando la ingesta energética es decir, la suma de la energía consumida a través de alimentos, bebidas y complementos alimentarios es igual al gasto energético: la suma de la energía utilizada como metabolismo basal, además de la acción termogénica de la dieta (calorías gastadas para digerir los alimentos) y la acción termogénica de la actividad (calorías gastadas en el ejercicio y en la actividad física diaria).

El mejor indicador del balance energético es el peso, así que podemos decir que la ingesta energética diaria adecuada para un deportista es la que permite un peso corporal adecuado, para un óptimo rendimiento y maximiza los efectos del entrenamiento.

Para hacer frente a una mayor demanda energética es necesario aumentar el consumo de alimentos, pero ¿Qué tipo de alimentos? Una alimentación equilibrada y adecuada para el deportista se basa en los mismos principios de: variedad, moderación y equilibrio en los que se basa una alimentación de una persona menos activa.

En ocasiones los deportistas encuentran dificultades en cubrir sus necesidades energéticas por el volumen de alimentos y la gran cantidad de hidratos de carbono complejos que deben consumir, por ello estas recomendaciones pueden ser de gran utilidad:

• Mantener un perfil calórico ideal: 55% de la energía total consumida debe proceder de los hidratos de carbono, no más del 30% de la grasa y 15% de la proteína.


• Ingiere comidas regulares comenzando por el desayuno


• Come suficiente y detente cuando no tengas hambre


• Mantén un equilibrio de Macronutrientes. No tienes más provecho de excederte de proteínas, carbohidratos y mucho menos grasas.


• Presta atención a las calorías vacías como los dulces, chucherías y bebidas alcohólicas. No aportan nutrientes y disminuyen tu rendimiento.


• Controla el tamaño de las porciones. Todo en exceso es perjudicial, incluso aquello que podemos considerar “saludable”

Recuerda, más allá de nuestro rendimiento, nuestra salud también está en juego . El equilibrio y la moderación son claves para una buena nutrición.

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