Una dieta baja en colesterol puede ayudar a disminuir la cantidad de colesterol en la sangre y reducir el riesgo de enfermedades del corazón. A pesar de que tu cuerpo necesita colesterol para funcionar correctamente, tu hígado produce todo el colesterol que necesita, así que no es necesario consumir colesterol alimentario. Cuando sigas una dieta baja en colesterol, limita la ingesta de colesterol de la dieta a menos de 200 mg por día. Evita las principales fuentes de colesterol de la dieta, que incluyen vísceras, yemas de huevo y productos lácteos enteros, como leche entera. En cambio, consume cortes de carnes magras, claras de huevo o sustitutos de huevo y productos lácteos bajos en grasa o sin grasa.

Una dieta baja en grasa también puede reducir tu riesgo de enfermedad cardíaca. Si estás sano, entre el 20% y el 35% de tus calorías diarias deben provenir de las grasas, con menos del 10% de las calorías provenientes de las grasas saturadas. Existen dos categorías de dietas bajas en grasa: la baja en grasa y la de muy bajo contenido en grasa. Una dieta baja en grasa generalmente restringe la ingesta de grasa total a alrededor del 20% al 25% de calorías, mientras que una dieta muy baja en grasa restringe la ingesta de grasa total del 0% al 19% de las calorías. Una dieta de pérdida de peso baja en grasa normalmente prohíbe alimentos de alto contenido en grasa, sin discriminación de los tipos de grasa. Las grasas saturadas, como la mantequilla, carnes rojas y leche entera se omiten de la dieta, así como las grasas no saturadas, como la mantequilla de cacahuete, aguacates y aceites. Si estás en una dieta baja en grasas para la salud de tu corazón, es necesario que quites grasas poco saludables de la dieta, pero puedes consumir cantidades limitadas de nueces, mantequilla de cacahuete, pescados grasos y aceites, como el aceite de oliva.

Generalmente se recomienda una dieta baja en sal para aquellas personas con enfermedades del corazón o enfermedades renales. Una dieta baja en sal restringe la ingesta de sodio a menos de 2.000 mg al día. Cuando sigues una dieta baja en sal, la mayoría de tu ingesta de alimentos deben ser frescos, frutas enteras y vegetales, que contengan de manera natural bajas cantidades de sodio. Debes evitar los alimentos enlatados, congelados y procesados, que normalmente contienen cantidades significativas de sal. Si tu médico te recomienda una dieta baja en sal, evita usar sal para cocinar o agregar sal a los alimentos antes de comer. En su lugar, utiliza hierbas frescas o especias sin sodio para sazonar los alimentos.

Una dieta baja en azúcar, o baja en carbohidratos, se centra en restringir la ingesta de azúcar total. Una dieta baja en azúcar puede ayudar a los diabéticos controlar el azúcar en sangre, disminuir los niveles de triglicéridos o para ayudar a promover la pérdida de peso. La clínica de Cleveland sugiere limitar tu ingesta de azúcar a no más del 8% del total de calorías. Si estás en una dieta de 2.000 calorías al día, esto se traduce en 40 g de azúcar por día. Cuando estés en una dieta baja en azúcar, evita los dulces, postres y bebidas azucaradas, como el soda y el zumo de naranja. Reemplaza los carbohidratos refinados, tales como pan blanco, arroz blanco y pasta blanca por cereales integrales, como pan integral, arroz y pasta integral.